Los terapeutas corporales utilizan aquí sus modalidades para devolver a su cuerpo un estado de plenitud, analizando también su vida cotidiana. Le orientan para identificar los hábitos alimentarios, la falta de movimientos corporales o los movimientos repetitivos que le perjudican. Ofrecen ideas y soluciones para que seas menos sedentario y más móvil. La mente, el cuerpo y el comportamiento se sincronizan. De este modo se profundiza en la relajación cuerpo-mente, se reducen la tensión muscular y el dolor, se disminuye la dependencia de los medicamentos y se refuerzan las habilidades de afrontamiento.
Cuando llegues a la fase avanzada de las Terapias Corporales, conocerás muy bien los límites y contornos de tu cuerpo. Tu radar interno sobre lo que funciona y lo que no, estará muy claro. Esto también significa que no estás lejos de alcanzar tu máximo potencial. Aunque el progreso consecuente en esta etapa pueda parecer más lento, los beneficios acumulados seguirán siendo increíblemente gratificantes y duraderos.
Los meridianos o “Qi” del cuerpo están bien conectados en esta fase. Sin embargo, las interrupciones en su libre flujo pueden significar que las dolencias o los dolores que le llevaron a consultar al médico en primer lugar no hayan desaparecido por completo. ¿Por qué?
Gracias a su profundo conocimiento de la anatomía humana y la biomecánica, los terapeutas se centrarán en otros aspectos de su cuerpo, pero también se adentrarán más en otros ámbitos de su vida cotidiana. Profundizarán en los detalles de su vida cotidiana y se adentrarán en los hábitos para comprender la causa fundamental de por qué no se ha erradicado por completo un determinado dolor o dolencia física. Digamos que tu principal punto de dolor es la zona lumbar. Tras haberse centrado inicialmente en la zona lumbar, el experto ya habrá ampliado su atención a la columna vertebral, los hombros y los glúteos. También podrían haber dado buenos consejos sobre posturas erróneas, la más típica la espalda encorvada sobre el portátil o el ordenador.
Ahora se destacarían otras acciones repetitivas perjudiciales, como llevar un bolso/mochila pesada, levantar objetos pesados sin doblar antes las rodillas, la elección del calzado o repetir la importancia del calentamiento antes de intentar cualquier actividad física. Se le sensibilizará sobre el impacto de su comportamiento inconsciente en su cuerpo y la necesidad de corregir el rumbo de su rutina. Las soluciones propuestas incluirán ejercicios o métodos para enderezar la espalda, sin crear tensión en los músculos de los hombros, de modo que pronto se convierta en algo natural para usted. Si se trata de un trabajo sedentario, se examinará la altura óptima de la pantalla del portátil o del ordenador, la ubicación del ratón y del teclado y la posición de la espalda y el cuello con respecto a ellos, y se aconsejará la necesidad de hacer pausas frecuentes. En las sesiones de terapia se perfeccionarán las indicaciones sobre cómo incorporar más movimientos corporales a su día a día, adaptados a su punto de dolor para mantener la forma física.
Algunos facultativos también recomendarían gradualmente modificaciones en la dieta y el horario de las comidas, las horas mínimas de reposo corporal exigidas, etc. Esto significa que los límites superiores de su cuerpo, aunque se alcancen momentáneamente mediante terapias corporales, no pueden mantenerse si no se modifican de forma permanente otros factores de su vida. Por ejemplo, hacer de la rutina de dormir 7 horas un hábito consciente en lugar de un acontecimiento ad hoc. La constatación de que centrarse excesivamente en los resultados a corto plazo a expensas de los intereses a largo plazo no es saludable, un flujo constante como una cascada en lugar de una inundación o caída corta y brusca, puede entenderse y sentirse como lo más naturalmente beneficioso.
Para aprovechar el nuevo dinamismo que fluye en su organismo debido a los ajustes incorporados a la vida cotidiana, la mayoría de los terapeutas emplearán una combinación de terapias corporales como masajes, acupuntura, estiramientos y ejercicios de fortalecimiento. Muchos intentarían dinamizar la flexibilidad y elasticidad generales de su sistema musculoesquelético. La idea subyacente es lograr resultados duraderos con una posibilidad mínima de recaída en usted.
De este modo, las Terapias Corporales se basarán en sus conocimientos actuales sobre el organismo de su cuerpo, ampliando su campo de visión desde qué terapias y ejercicios ayudan a sus dolores corporales hasta cómo su vida cotidiana puede contribuir a su bienestar. En otras palabras, tu perspectiva madurará desde un enfoque más estrecho en una zona del cuerpo → a todo tu físico → a tu vida en general. Con el consiguiente y fructífero cambio mental de “qué puedo hacer al respecto” a “cómo puedo vivir mejor”.
Indiscutiblemente, se desarrollará en ti una conexión más matizada y profunda, frente a tu carne y tus huesos. Si te das cuenta del impacto de tus hábitos arraigados y de tu régimen alimenticio, comprenderás mejor el desgaste de tu cuerpo. Puede que sienta la tentación de cambiar algún mueble de su casa o del trabajo, o incluso el asiento del coche. Ya no será cuestión de “mimarse” cambiando los colchones, sino una necesidad para llevar una vida sana en general, algo que se ha convertido en algo importante para usted. Gozarás de la gloria de los sentimientos de bienestar que desbordará el cuidar de ti mismo.
Una chispa diferente pondrá un resorte en tu paso… no los canales de energía de la fama de la acupuntura sino tu propio meridiano único. Algo que florece en tu interior a medida que provocas cambios positivos en tu vida para el medio que te sostiene a ti y a tu vida: tu ser físico. Tu piel, tu forma de andar, tus conversaciones, tu actitud destilarán este zumbido personal mente-cuerpo.
Y como un efecto mariposa, piense qué otras cosas bonitas ocurrirán como resultado de esto… más energía para jugar con los niños o los nietos, paseos/trekkings más largos con los seres queridos, y ánimo más alto para disfrutar de la vida.