Cambiar de marcha con las terapias de habla y escucha

Terapias de Habla y Escucha - credit linkedin sales solutionsUna vez conectado con sus emociones, Speaking & Listening Therapies examinará más de cerca sus relaciones/situaciones/creencias pasadas o actuales. Ver el mismo episodio desde diferentes perspectivas, para aumentar los momentos “Ah ha” para ti. Pasarás de simplemente identificar tus zonas problemáticas a reconocer los distintos mecanismos de afrontamiento que tienes a tu disposición.

Has descubierto que el proceso de establecer una conexión auténtica con tu terapeuta te ha hecho mucho bien. También le tranquilizaba mentalmente experimentar las conversaciones, a diferencia de las que mantenía con su pareja, su familia o sus amigos, como un espacio en el que podía sentirse debidamente escuchado sin interrupciones. Esta escucha no se limitaba a las palabras que usted pronunciaba, sino que su oyente entrenado también captaba su lenguaje corporal.

Cuando haya tocado la base de sus emociones, su terapeuta cambiará de marcha. Lo harán sembrando tranquilamente pensamientos contradictorios en el impulso del momento durante sus sesiones. El objetivo es que te sientas y tengas un momento “Ah-ha”, que pienses “Nunca lo había pensado así”. Esto se hace con la intención de que desarrolles alas para procesar de forma independiente situaciones desagradables y formas y maneras de manejar estos escenarios en ausencia de tu terapeuta para que te lleve de la mano.

Más cerca

Una forma de hacerlo será que tu terapeuta profundice en las situaciones que no te gustan. Por ejemplo, al principio narraste con detalle todas las incidencias en las que la colaboración con un determinado colega fue desagradable. Una vez que el terapeuta le haya dado consejos útiles para manejar esas interacciones, puede centrarse en otras relaciones de su vida: familiares, vecinos, amigos, personas a las que aprecia o que forman parte de su vida cotidiana. Lo harán para estudiar conjuntamente la posibilidad de que su compañero de trabajo le recuerde a alguien que le suponga algún problema o barrera, y resolver cómo puede sortear ese embrollo.

Para reforzar sus facultades autoanalíticas, el terapeuta puede intentar también la vía educativa, como enseñarle las afecciones que le afectan. Digamos que, por desgracia, Covid-19 te robó a alguien muy querido. Mientras llora esta pérdida, su terapeuta le dará el espacio necesario para hacer el duelo y, a continuación, le acompañará con ternura a través de las etapas del duelo. Porque lo que pueden parecerte visiones de un futuro conocido, pueden en cambio explicarte cómo tu dolor evolucionará y florecerá para celebrar la vida de esa persona y la tuya de forma positiva.

En esta fase, su terapeuta ya no será un oyente pasivo, sino que también intentará contrarrestar ligeramente sus opiniones fijas dándole la otra cara de la cronología. Volvamos a la historia de tu compañero de oficina. Su terapeuta podría hablarle de la “carrera de ratas” y de la excesiva competencia por ascender en la escala empresarial, y del modo en que esto puede endurecer a algunas personas. En este caso, se podrían exponer los méritos de la empatía hacia el compañero de trabajo. Hmmm… ¿no te convence? ¿Por qué no examinar otro caso?

Digamos que no soportas al oncólogo de tu madre porque nunca parece tener tiempo para responder a tus preguntas y no parece entender las preocupaciones de tu madre (y las tuyas). En este caso, la terapia le recordará amablemente que debe tener en cuenta los diversos factores que afectan al buen funcionamiento de los hospitales, los problemas a los que se enfrentan los médicos y el personal sanitario, la carga de trabajo de los oncólogos y las tácticas que debe desplegar para atraer su atención y cumplir así su objetivo. Al escuchar con regularidad la otra cara de las historias, su cerebro interiorizará ese proceso de pensamiento diferente, ampliando así sus percepciones sobre las situaciones y la vida en general.

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Conclusión

La multiplicación de momentos “Ah-ha” te hará algo maravilloso. Poco a poco, activará un interruptor mental interno. Un acontecimiento muy útil porque tu mecanismo cerebro-neurona pasará de identificar “cuáles son mis puntos sensibles“, a la mentalidad de “qué hacer”con ellos.

Con tu practicante trabajarás varios mecanismos de afrontamiento para afrontar los problemas que te preocupan. Sus deberes requerirán cierto esfuerzo por su parte. No estás en una carrera, así que tomarte tu tiempo es perfectamente normal. Puede que no sea un camino de rosas. Fallarás varias veces, pero sobre todo acertarás varias veces. Y, alegremente, tus puntos desencadenantes empezarán a metamorfosearse en algo parecido a una “tarea factible” en tu mente.

El desahogo de usted, provocará un mejor análisis mental. Es decir, dado que en la terapia estudiaste las situaciones difíciles desde varios ángulos, evolucionarás para comprender el proceso formativo y sus efectos en tus emociones. En pocas palabras, pasará de reconocer los escenarios que le causan perturbación a comprender por qué ese escenario le preocupa tanto. Desarrollar este tipo de habilidades te permitirá moverte y gestionar tanto tus emociones como los escenarios indeseables de la mejor manera posible. Y seguir desarrollando estas nuevas habilidades.

Todo esto se traduciría felizmente en que verías el estrés y la ansiedad en tu aquí-y-ahora de forma diferente. En lugar de ser una fuente de tensión e hipertensión incalculables, se convertirán en un manantial de renovación y vigor. Cuando veas y reconozcas a tu compañero de equipo de forma diferente, cooperarás con él de forma más eficaz. El oncólogo también se parecerá menos a un robot insensible y más a un ser humano.

Tus conversaciones cambiarán, conectarás mejor con los demás y eso es una sensación maravillosa.